Fragmentos II
Es horriblemente hermoso, me gusta tanto que se ha convertido en mi tortura, mi aflicción, mi angustia, nunca lo intenten en sus vidas, él, el único con el que quiero compartir la noche, todo el día, todo el tiempo, cada segundo, es mi tormento, mi sinsabor, mi congoja, si no me desahogo con éstas letras, tendría que manifestarlo a alguien, y terminaría siendo a él mismo, ahora sólo quiero que la lluvia toque todo mi cuerpo, que me limpie el alma, que expele toda esta conmiseración, sosiegue mi juicio y regocije mi corazón.
En estos momentos puedo sentir como mi cuerpo se hunde en un mar de sensaciones, tan sólo pensar en un toque de tus manos, tus labios sobre mi, mis piernas tiemblan, y mi corazón insiste en saltar de mi pecho, tu calidez, me hace desear estar junto a ti a cada minuto, tu sinhueso me permite saborearte, sólo quisiera que tu canto recorriera todo mi cuerpo, sin dejar un solo lugar sin tu fervor...
Y otra vez me siento a ver la lluvia caer, pero, ¿qué tiene ella de especial? ¿Por qué siento mi alma rugir y hay sentimientos de nostalgia en mi? Pero para ser más claros, ¿qué es la lluvia? Según me enseñaron...
La lluvia se produce cuando el sol evapora el agua, este vapor se aloja en las nubes y cuando están muy llenas y chocan entre sí, se produce la enigmática lluvia, esa agua bendita que cae del cielo, da vida a las plantas, ríos, lagos, lagunas, arroyos, animales, a la tierra, incluso a nosotros mismos, y una infinidad de especies minúsculas y mayúsculas; siempre he soñado con un crepúsculo bajo la luvia, o ¿una alborada? Esas gotas se asemejan tanto a mis lágrimas que no importará cuántas derrame, mi amiga lluvia las hará insignificantes, y quizá, ese llegue a ser el momento más importante de mi vida, citando las inigualables palabras de mi poeta favorito:
"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente, te encontrarás a ti mismo, y esa, sólo esa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas" Pablo Neruda.
Cuando llegue el día, el día en que tenga que verme la cara conmigo misma, posiblemente sucedan muchas cosas, pero la lluvia estará ahí, ella me acompañará en lo que decida, si he de sufrir, sufrirá conmigo, si he de soñar, gritar, volar, o de cerrar mis ojos para siempre, estará conmigo...
***
... Y sentí la llama en el pecho, me quemaba la garganta, me ardía el cuerpo, me temblaban las manos, los pies y los labios.
Estabas frente mi, con tu figura tan varonil, tus hombros anchos, tu barba negra, tan negra como cada uno de los pelos de tu cuerpo.
Sentí tus labios dulces, en un beso suave, tus ojos voraces me inundaron, mientras tus manos me recorrían, me susurrabas palabras de amor, y me envolvías en todos los sentidos...

***
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La lluvia se produce cuando el sol evapora el agua, este vapor se aloja en las nubes y cuando están muy llenas y chocan entre sí, se produce la enigmática lluvia, esa agua bendita que cae del cielo, da vida a las plantas, ríos, lagos, lagunas, arroyos, animales, a la tierra, incluso a nosotros mismos, y una infinidad de especies minúsculas y mayúsculas; siempre he soñado con un crepúsculo bajo la luvia, o ¿una alborada? Esas gotas se asemejan tanto a mis lágrimas que no importará cuántas derrame, mi amiga lluvia las hará insignificantes, y quizá, ese llegue a ser el momento más importante de mi vida, citando las inigualables palabras de mi poeta favorito:
"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente, te encontrarás a ti mismo, y esa, sólo esa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas" Pablo Neruda.
Cuando llegue el día, el día en que tenga que verme la cara conmigo misma, posiblemente sucedan muchas cosas, pero la lluvia estará ahí, ella me acompañará en lo que decida, si he de sufrir, sufrirá conmigo, si he de soñar, gritar, volar, o de cerrar mis ojos para siempre, estará conmigo...
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... Y sentí la llama en el pecho, me quemaba la garganta, me ardía el cuerpo, me temblaban las manos, los pies y los labios.
Estabas frente mi, con tu figura tan varonil, tus hombros anchos, tu barba negra, tan negra como cada uno de los pelos de tu cuerpo.
Sentí tus labios dulces, en un beso suave, tus ojos voraces me inundaron, mientras tus manos me recorrían, me susurrabas palabras de amor, y me envolvías en todos los sentidos...



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