Suplicio

Y me sentí tan sola, con un gran vacío en mi interior, esa pieza que faltaba, ahora estaba rogando porque la encontrara y la colocara en su lugar. 

Pero yo simplemente no podía, no podía ir allí, y arrebatarsela a quien la tenía. 

Él era un completo misterio para mí, quizá unas pocas veces pude ver a través de él, y ¿qué pude ver?

¡Qué sí!, que quizá él quería tanto como yo hallar esa pieza, pero lo que sucedió fue, que simplemente, él, tomó la mía. 

Y yo necesito verlo, necesito sentir su calor, ¿Por qué tuve que caer tan fácil? Yo me había propuesto no sufrir por nadie otra vez, entonces ¿qué me pasa contigo? Hay un millón de peces esperando en fila, a que yo salga a nadar, y el solo pensar que me atrapaste en tus redes sin yo siquiera echarme al mar, me enloquece. 

Nunca pensé que me gustaría alguien como tú, y es que dentro de ese cuerpo frío que no me deja sentir o dimitir, hubo algo que sobrepasó mis límites, mis pensares, mis acciones, deje de dudar y me lancé, ahora me siento infinitamente arrepentida. 

Rompí mis muros por ti, irrumpiste y huiste por donde viniste, dejándome varada justo donde me encontraste, pero con un nuevo sentimiento: suplicio. 

Sin embargo no pude contenerme, y decidí empezar otra vez, tratar de aceptar la situación, sobreponerme a ti. 

Pero de nuevo supiste arremeter contra mí, dejándome otra vez en ese vacío, en ese limbo.

Tus labios son tan cálidos y dulces, que concedería mantenerme en ellos, toda mi vida.

Te deseo tanto, me siento nostálgica, porque quien quiero que me hable, ni me escribe, quien quiero que me mire, ni se voltea, quien quiero que me escriba, ni me habla, quien quiero que tome mi mano, ni siquiera las muestra, quien quiero que me susurre al oído, ni se inmuta, quien quiero que camine a mi lado, no se molesta en dejar su asiento. 

Por ser quien soy, no puedo insistir más…

Comentarios

Entradas populares