Calvario

¿Dónde estará? no podía pensar en nada más, ¿por qué me dejó? ¿Estará bien? o no, no creo que me haya dejado, él sabe lo importante que es para mi, y yo se lo importante que soy para él, o ¿era? nunca había hecho tal cosa, siempre, desde que lo tuve, estuvo ahí, hasta cuando no lo quería ver, casi cuatro años juntos, ¿por qué ahora? ¿me lo arrebataron? no se lo que siento, lloro, pero tengo esperanza, esperanza de que no me olvide, esperanza de que este bien, de que esté sano, de que esté protegido, de que piense en mi, mi bebé, mi corazón, ¿cómo no te voy a extrañar? el primero en recibirme, el que más contento se ponía cuando me veía, siempre dispuesto a jugar, a acompañarme, a tratar de escucharme, a darme su cariño, a protegerme, comer conmigo, estar SIEMPRE a mi lado, ¡ay cuánto te extraño!, cuanto me hace falta escucharte, silenciarte, reclamarte.

Ya no tengo ganas de lo de antes, o sí, pero tú me haces falta, y es que cuando algo desaparece, es peor que cuando sabes que se va, o de cuando se va y sabes que no volverá a este mundo, es horrendo no saber, si fue su decisión, si no lo fue, si tuvo un accidente trágico, ¿qué hay que hacer para evitar estos sentimientos? SABER, necesito SABER.

Ojalá hubiera hecho las cosas bien, este es el cuarto día de mortificación y martirio, el primer día, no lo creía, lo tomé como algo breve, al otro día cuando me di cuenta de que no había rastros, lo asimilé, lo tomé en cuenta, me dolió, me hizo falta, lo pensé todo el día, lo lloré.

El tercer día más difícil, ¿AÚN? ¿es cierto que no volverá? ¿Dónde ha de estar? Lo extraño más, su olor, su pelo suave, extraño abrazarlo y dormir con él, llegar y acordarme que tengo que revisar si tiene comida, y agua, después de buscar por todos lados y preguntar, es tan grande la impotencia, solo queda esperar, esperar y que la espera valga la pena...

Noveno día... Mi corazón me duele, o será que ya no tengo, se fue con él, no lo dudo, se fue con él, y no se si volverá, la esperanza es lo último que se pierde, si hubiese sabido, habría estado más con él, no lo habría dejado, y ahora quizá todo fuera muy diferente, y al final cuando llega la noche que me doy cuenta que estoy totalmente sola, es cuando más duele, cuando más falta me hace, él siempre fue mi compañero, y lo que más hubiese querido era que él estuviera conmigo hasta mi último día, o viceversa, pero... ¿Ahora cómo podré? ¿Qué voy a hacer con este vacío?

...Ahora, él estuviera aquí... Acostado debajo de la cama, o del sofá, o quizá en el balcón tomando aire, o quizá pidiéndome que lo acariciara, ya no podré saber, me quitaron la posibilidad.

Quisiera llorarte todas mis lágrimas, hacerte un mar de ellas, que no quede ni una sola sin derramar, tal vez de esa forma, yo podría irme contigo, yo podría estar en estos momentos en tu abrigo...

Comentarios

Entradas populares